El problema de la movilidad es uno de los frentes que consideramos más importantes a la hora de aspirar a ciudades más sanas y habitables. Sin embargo, muchas veces, quizás por su aparente obviedad, se pasa por él de puntillas, sin darle la trascendencia que tiene. A su vez, es un tema que nos interesa especialmente, porque creemos que, si se atacase de manera seria y comprometida nuestras urbes rápidamente mejorarían; no se trata de extrañas disquisiciones sobre complejos temas de la ciudad, que, estando muy bien hacerlas, son de más difícil implantación.
Así que, poniendo esto por delante, no estaría de más preguntarnos ¿qué posibilidades nos brindan ya estas famosas smart cities respecto al tema de la movilidad? Pués ocurre que se nos presenta como solución al problema la sustitución del coche de toda la vida por el vehículo privado eléctrico. Es decir, que si quitamos nuestros contaminantes coches del medio y los sustituimos por los eléctricos parece que el problema se acabó (nadie habla de un cambio de raíz; de una nueva forma de entender la movilidad). Y se acabó… ¡Según se mire! De momento, generamos una cantidad ingente de chatarra que a pocos les preocupa dónde acabará y los nuevos vehículos eléctricos, supuestamente «supersostenibles», habrán contaminado de lo lindo en su fabricación; pero claro, lo habrán hecho en algún país lejano que tampoco importa tanto.
Stepienybarno es un estudio de arquitectura que fundamenta su actividad en tres pilares básicos: la redacción de proyectos, la investigación y la difusión y comunicación de arquitectura en la red.
Créditos de las imágenes:
Imagen 1: Coche eléctrico «repostando» en Londres (fuente: http://bloglemu.blogspot.com.es).
Imagen 2: Señal de punto de recarga para coches eléctricos (fuente: http://twenergy.com).